Una red de trata de personas que utilizaba a menores —en su mayoría originarios de Chiapas— bajo la modalidad de mendicidad forzosa fue desmantelada en la zona metropolitana de Monterrey, gracias a la colaboración entre el programa estatal PAPTI y el sistema de videovigilancia C5, informó Mariana Rodríguez Cantú, titular de la oficina “Amar a Nuevo León”.
El hallazgo se originó a partir del reporte de dos niñas que trabajaban solas en un crucero. La intervención derivó en un cateo realizado por la Fiscalía General de Justicia del estado en un domicilio de la colonia 10 de Mayo, donde fueron localizados otros menores sin identificación ni vínculo legal con los adultos que los custodiaban.
Varios de ellos fueron trasladados al Centro Capullos, al no contar con redes de apoyo ni documentos que acreditaran parentesco con los adultos que los acompañaban. Algunos eran bebés de entre dos y tres años, cuyos supuestos “tíos” no pudieron acreditar la relación familiar.
De acuerdo con Rodríguez Cantú, algunos menores no sabían su fecha de nacimiento ni mostraban conciencia sobre su entorno, lo que refuerza la sospecha de trata y abandono.
La Unidad de Investigación y Litigación Especializada en Delitos de Trata de Personas abrió varias carpetas de investigación por hechos que podrían configurar el delito de mendicidad forzosa. Hasta el momento no se han realizado detenciones, pero se avanza en las indagatorias.
La funcionaria pidió coordinación entre las fiscalías de Nuevo León y Chiapas para esclarecer el origen de los menores y determinar si fueron entregados por familiares o trasladados de forma ilegal, incluso con fines de explotación sexual.
Rodríguez Cantú hizo un llamado a la ciudadanía a no dar dinero en los cruceros, ya que, dijo, “ese gesto, aunque bienintencionado, alimenta redes de explotación infantil donde los menores no controlan los recursos y deben entregarlos a los adultos”.
“Nuevo León no será refugio para redes de trata infantil”, concluyó.
