-Mediante un informe se reveló que algunas sedes se encuentran en riesgos extremos, como calor peligroso, en hasta el 90% de los estadios para 2050.
El cambio climático ha entrado de lleno a la cancha y amenaza con alterar el rumbo de la Copa del Mundo de 2026 y de los torneos futuros. De acuerdo con el informe consultado por Alianza Alimentaria y Acción Climática, los impactos climáticos podrían poner en riesgo la seguridad de jugadores, aficionados e infraestructura deportiva en México, Estados Unidos y Canadá.
El documento, publicado previo al Mundial de la FIFA 2026, busca integrar el riesgo climático en la agenda del fútbol y detonar una conversación global sobre el futuro del deporte.
Según su análisis, la industria futbolística genera 66 millones de toneladas de CO2 al año, gran parte derivada de los viajes, así como de los alimentos y bebidas consumidos en estadios y eventos.
El estudio realizó una encuesta en donde revela un claro respaldo social para que el fútbol lidere la acción climática.
96% de los aficionados mexicanos, 90% de los canadienses y 87% de los estadounidenses creen que el Mundial debe convertirse en modelo global de sostenibilidad.
Además de evidenciar los riesgos climáticos para el Mundial 2026, el informe subraya que la alimentación sostenible es una de las estrategias más efectivas para reducir las emisiones del fútbol, especialmente cuando se incorporan opciones basadas en plantas.
Uno de cada tres aficionados en Norteamérica ya demanda menús con alimentos de origen vegetal como parte de las acciones climáticas del deporte, lo que confirma que existe voluntad social para transformar la oferta alimentaria en los estadios y eventos deportivos.
Las conclusiones del informe son contundentes: Para 2050, cerca del 90% de los estadios donde se disputará el próximo Mundial enfrentarán condiciones de calor extremo, lo que podría hacer que los partidos sean inseguros sin medidas de adaptación. Entre las ciudades más vulnerables destacan Monterrey, Miami, Houston y Dallas.
Garantizar el futuro del fútbol implica transformar el modelo alimentario detrás de los eventos deportivos. Reducir la dependencia de productos de origen animal y apostar por opciones vegetales es una medida concreta que puede mitigar el cambio climático y mejorar la experiencia de los aficionados.












