Calaverita de chilacayote: tradición que poco a poco muere
Durante esta semana de celebración por el ‘Día de muertos’, sumándole como parte de una hibridación cultural al famoso ‘Halloween’, los niños y niñas del hogar desde hace años son los actores principales. Salir a pedir la calaverita o bien, ahora, el famoso ‘dulce o truco’.
Los niños que el día de hoy ya son adultos, muy probablemente hace unos años les tocó esa hermosa tradición, pero de una manera diferente, con la famosa calavera de chilacayote, o calavera de calabaza.
Esta tradición prehispánica ronda en todos los pueblos de nuestro país y era hermoso el ver la emoción de los niños esperando a que su mamá y/o papá le compraran el chilacayote de buen tamaño para que en su interior cupieran más dulces, dinero o galletas.
La calavera de chilacayote fue pieza fundamental durante estas fiestas hasta antes de la incursión del ‘Halloween’ en nuestra cultura; el día 31 de octubre como marca la tradición ‘gringa’, los niños disfrazados por algún personaje ficticio de terror salen a las calles a pedir ‘dulce o truco’ y los vecinos les otorgan desde un simple caramelo hasta una bolsa de dulces.
Esta tradición de Estados Unidos ha venido -por desgracia- opacando a nuestra hermosa tradición con la calavera de chilacayote, cuando hace años los niños de esa época abrían orificios en la verdura simulando los ojos, nariz y boca de la calavera y por dentro colocando una vela o veladora para iluminar su andar, no se pedía ‘dulce o truco’, los niños simplemente decían ‘¿me da para mi calaverita?’ y todas las personas en ese tiempo, no otorgaban dulces, eran simples monedas para que a la postre el niño pudiera comprarse el dulce que quisiera.
Ahora al paso de los años, esta tradición con la calavera de chilacayote es menos recurrente, pero no deja de ser hermosa, ya que como lo hemos mencionado, en pueblos y ciudades pequeñas todavía hay niños que piden su calaverita con esta verdura mexicana prehispánica.
Es importante que inculquemos a nuestros hijos las bases de nuestras tradiciones, sin dejar de lado otras incursiones como “Halloween”, pero que no se olviden de ellos, que nuestras raíces son lo más importante.