Un estruendo rompió la calma de una calle en Paraíso. Un trabajador perdió la vida de manera trágica al explotar un tanque de gas.
Los vecinos, atónitos, narran que el ruido se escuchó a varias cuadras y que en cuestión de segundos todo se volvió confusión. Elementos de Protección Civil Municipal llegaron al lugar para confirmar lo más doloroso: el hombre había muerto de forma instantánea.
Lo más duro de esta historia no es solo la tragedia en sí, sino lo que representa. Él salió temprano, como todos los días, a ganarse el pan de manera honrada. Nunca imaginó que esa mañana sería la última vez que su familia lo vería salir de casa. Una familia que lo esperaba con vida, y que hoy enfrenta un dolor indescriptible.
Era un trabajador honrado, de esos que sostienen con sacrificio a los suyos, un hombre que dio su vida en la rutina de su labor. Su partida nos recuerda lo frágil que es la existencia y lo injusto que resulta perder a quienes solo buscan sobrevivir con dignidad.











