A Cristian lo cacharon robando cables de luz y alguien no se tentó el corazón: lo mataron con una escopeta en pleno patio de una casa en San Pablo Huantepec, en Jilotepec, Estado de México. Tenía 23 años, andaba sin camisa y terminó tirado con varios impactos de bala. Su hermano fue quien llegó a reconocerlo.
Policías y servicios de emergencia llegaron al punto tras una llamada al 911, pero ya no había nada qué hacer. Solo confirmaron que estaba muerto y aseguraron la zona hasta que llegó el Ministerio Público.
La Fiscalía del Edomex ya abrió la carpeta de investigación. Lo único claro por ahora es que alguien decidió hacer justicia por su propia mano… y con plomo.