¡Agárrense, Chihuahua! En esta siempre tranquila ciudad —donde nunca pasa nada salvo los asaltos con secuestro exprés—, cayó Óscar O. O., un sujeto que se creía protagonista de acción, pero terminó como villano de bajo presupuesto. Todo indica que quiso ser como Toretto, pero sin la familia y, lo más importante, ¡sin neuronas!
El 30 de julio, Óscar y su “diversa persona” (sí, el expediente lo dice, ¡ni la Fiscalía sabe con quién andaba!) intentaron robar un camión en el Libramiento Oriente. Con una estrategia de primer nivel, amenazaron al chofer y lo metieron al camarote. Porque claro, ¿qué es más seguro que encerrar a tu rehén en un espacio de dos metros cuadrados rodeado de cámaras? ¡Pura genialidad!
Días después, el 10 de agosto, el dúo dinámico repitió la hazaña, pero esta vez con un arma blanca, porque “la economía está difícil y las pistolas son un lujo”. Asaltaron otro tráiler, robaron celulares y 2,000 pesos (¡qué ambición!) y huyeron en una Ford gris. ¡Discreción ante todo!
Finalmente, el Juez de Control, que seguro se rio un poco con la historia, vinculó a proceso a Óscar O. O., mandándolo a prisión preventiva.











