ROCHA NO QUIERE DEJAR EL PODER A PESAR DE TENER EL ESTADO SINALOENSE SUMIDO EN EL TERROR DE LA VIOLENCIA
Miles de ciudadanos tomaron las calles de Culiacán en una marcha cargada de indignación y desesperación, exigiendo justicia ante la imparable ola de violencia que azota Sinaloa. El detonante: el cobarde asesinato de dos menores que ha puesto a la sociedad en jaque.
Presionado por la multitud, el gobernador Rubén Rocha lanzó promesas de justicia, asegurando que “los enemigos son la delincuencia, nunca el gobierno”. Sin embargo, el clamor ciudadano refleja desconfianza y hartazgo ante un sistema que parece doblegado ante el crimen organizado.